Que rápida decae la tarde ésta de navidad.
otra vez, el mismo locutorio. Es probable, que se trate del mismo locutorio dónde
tú escribiste, tantos y tantos posts ,de tu blog que tanto me gustaban.
Pero una vez más, éste barrio ha quedado cercenado.,,,
Huérfano. Solitario y asomando al cielo, descaradamente oscuro, de noche
y es tan luminoso de día,que preciso, de mis gafas de sol.
En mi piso puedo notar como vibra el suelo, con la exactitud casi puntual de un reloj,
a causa del metro.
Los coches pasan zumbando rodeando la enorme rotonda pero yo siempre me quedo
mirando absorto tu bloque de pisos.
Ojalá seas feliz,a ti que te dedico tantas y tantas palabras, y que por fin has encontrado
una mar, en calma.
Yo prosigo mi camino, incierto, y lleno de "zig-zags", de oscilaciones, pero enormemente
atractivo también.
Por qué es cierto, la vida es para bebérsela hasta la última gota.
Del resto, las piedras en el camino, o la lluvia, o lo que sea que no nos permite avanzar,
se encarga el azar, que caprichoso, vuela de aquí para allá, de allá para aquí...
cómo un pañuelo, lanzado al viento.
escribo desde un locutorio roñoso, hoy.
Mañana, rallada y envuelta en frío de diciembre.
La ansiedad me envuelve en una nube constante de nicotina,
en casa, el cenicero, rebosa.
definitivamente, aún no dejaré de fumar.
Me siento perdido y a veces la cabeza me da vueltas como el tío vivo de la plaza de mi nuevo
barrio.
Pero la sangre rebosa mis venas, mi corazón late y late y basta una canción o un simple comentario
de un amigo para devolverle a mi rostro una cálida sonrisa.
Qué bueno es no darle cuentas a nadie de lo que haces.
A donde vas,
A que hora vas volver,si cenarás en casa,
Soy un pájaro al que se le ha devuelto la libertad.
Sin embargo, las noches se presentan insomnes y dolorosas.
En mi catre destartalado y mi pobre habitación le doy mil vueltas a todo,
y sólo tu poesía me calma.
Menos mal que editaste, menos mal que compre, tus libros.
Pasará la navidad?
Se me atragantará el turrón, se convertirá todo en una vorágine incontrolable?
Pasara rápido este fin de año?
y qué me depara este próximo 2014?
Qué nos depara?
Sonrío...
En el locutorio, se me agota el tiempo para escribir algo por hoy...
/jamás desistiré de buscar la puerta esa peligrosa que eres/
/sigo buscando la puerta detrás de los espejos que reflejan un cuerpo de niño
maltratado/
/ahora camino las calles que te vieron crecer y me fijo mientras escucho
REM como se alza ese único edificio mal dibujado en la plaza esta  tarde ruidosa
y fría de invierno que me roba el sentido/
/Y el viento no es sólo concedido a los locos/
/ni a los cuerdos/si no a los que escuchan/
en las noches insomnes/
el camión de la basura circular por la cuesta de la calle/
y no enloquecen con el silencio de un cuarto en ruina/
o en el más hermoso desorden/
 /y yo quedo preñado de tus venas azules/
/tu silencio que tanto mata/
/vendré un día
/ y sin más te abrazaré/
/ en un arrullo entero y cierto/
/por fin/
/como siempre he deseado/


Y no llueve y se acercan las navidades con cara de obscenidad precavida.
No llueve, hace un calor del carajo y el cielo me tiene cansado de azul.
azul
   azul 
          azul...
como una escalera que desciende al cambio climático.
Aunque, la gente le da igual tomarse unas castañas calientes, a 11 grados, que a 22 grados.
Mi inapetencia hoy, es total,mi cabreo,monumental.
Será que ando algo jodido del estómago, y no estoy para rebuscar vocablos en mi cerebro
que sean bonitos y pulidos.
El metro anda repleto de tabletas con sus condescendientes zombie-portadores.
Y algún otro que lee, algún otro que juega a ese juego de "saga-crush candy".
La comunicación? total!!..
Sí, sí

negro, negro, negro

negro de hollín, mis perspectivas de futuro, pero siempre hay una voz cansina,
familiar que dice :
"-no eres el único Jorgito, fíjate, en pascualito de los palotes, fíjate en menguancito de los mondrongones,
ellos están peor que tú!"
No hay que quebrantar las reglas del juego. 
Ya ya lo sé, por eso no fumo porros ni bebo cerveza, eso sí,
tengo las uñas fatal, me escuecen un guevo, me las como hasta dónde no hay..
pero volvamos a la escalera...
mierda
        mierda

                                   mierda....

esto no tiene solución.

( perdónenme por este post sin sentido, lo tenía que soltar) 
A ti, que no tienes nombre...

El tiempo se nos termina. Se nos acaba en la carretera en un seco Stop!

Los días se nos escurren como peces recién pescados.
No quiero más ya, miedo, ni ojo interlocutor.
Ni a nadie que no seas tú, descalza por el piso de parquet.
Digo, el tiempo se nos termina, por qué el miedo es atroz cuando la noche traspasa
el horizonte encendido de nubes rojas y pone un mantel negro dónde apenas atinas
a ver Mercurio brillar allá, mirando al sudo-este.
Querría tanto abrazarte y en un beso contarte cosas sin sentido en un somier de madera
que crujiera sólo con acostarte....para recibir la buena noche.
Pero ésto es realmente es una pesadilla, por qué ni hay somier de madera., ni habitaciones con mesas repletas de poemas de Anne Sexton, ni un vaso de vino, ni el perro durmiendo ante
nuestros pies.No hay cocina, ni fotografías, no hay vida.
No existe nada de todo esto.
Y no es una pesadilla, ésto es lo real.

Esto es mi vida, tras un vaso de Haloperidol.

Miro caras absortas
y llego a intuir las cantidades de litio que deben circular por las venas azuladas
de ésas personas a las que les están robando el alma, la existencia, y la vida poco a poco.
Pongo la mano lentamente,en posición de mendigo, antes de  comer.
Rutina macabra.
Pastilla amarilla, la mitad.
Líquido amargo mezclado con zumo de melocotón.
y después, la comida.
Un día y otro, un día y otro.
Por las ventanas intuyo que luce el sol.
Amortiguado por pinceladas de nubes blancas.
La gente ríe  desmesuradamente, los pacientes número tres y catorce.
Yo y el paciente treinta y dos nos miramos.
Hasta cuando?
Qué pretenden?
Mierda.
he  vuelto a olvidar el nombre del cancerbero, de amable sonrisa que vela para que nada ni nadie
rompa el silencio de ése hospital.
Después, en diez minutos, viene el sueño.
Viene el sueño de plástico, el sueño amorfo.
Y paseas por un pasillo arriba, y lo paseas abajo.
Y cae la noche.
Y debes volver a cenar, y a tomar más pastillas de colores.
Y después, volver a tu cuarto a dormir.
Se oyen risas...
Pero de quién????
Sí, ya ya...de los cuerdos.
Ya no hay tiempo para salir, ni para gritar, ni para no volver a respirar,
simplemente estás:
ahí dentro, despojado de todo cuanto puedas imaginar.
Qué duro sienta el frío,
 con una sola camiseta puesta,
una camiseta antigua de Alice in Chains....
Qué te cuento?
 qué se me joden los huesos?
Qué cada vez tengo más canas?
qué te pienso y repienso? Y quiero borrarte desde la matriz?
NO PUEDO/NO PUEDO/NO PUEDO/
JODER/MIERDA/MIERDA/JODER/
Se me astillan los húmeros y las clavículas,
los cafés no logran disipar la niebla
 instalada en mis pupilas hartas de llorar.
Estoy en un locutorio de mierda,
en una ciudad de mierda,
 con edificios y gente no muerta,
 zombies de mierda  con sus moviles de mierda.
Hoy no sale el sol, hoy no lloran los árboles más hojas, por qué se han cansado, y están impertérritas.
Del vómito.
la mentira crece y absorbe el vórtice, donde croan ranas pintadas de guerra, los sapos gritan
con lenguas bífidas, y la aguja cada vez está más y más cerca de la vena.
Se encendió un fósforo.
O dos.
O tres.
Volvió la risa contagiosa a inundar las calles repletas de paquis,
tiendas con olor a incienso y con comida macrobiótica.
Por un momento me sentí que retrocedía uno años, y hasta me sentía azorado.
Acalorado.
Te mentí en algunas cosas, pero es que te conozco al dedillo.
El respeto es fundamental para que las flores florezcan,
las cosas fluyan, la charla se anime,
la conversa se atropelle y me siente como un perro con su amo después de un día de curro.
Volver a hablar de algo de poesía o el dolor de la vida circunspecto a un fragmento que pasan
fugaz.
Volví en volandas, pero tú no mirabas,

ya bajabas la ancha avenida.
Fueron los instantes exactos /con el que nos jodieron por primera vez/
/con Haloperidol/El líquido diseminándose lentamente por tu cuerpo/
La primavera vez/
/Esa que jamás olvidas por temprana inocencia/
/El sueño y el no retorno/
/Para Siempre/
/al País de Nunca jamás/
/la aguja intramuscular/
/clavándose en el reloj del turno de noche /del hospital psiquiátrico/
/En la nuca/
/aguijón certero/

Las pastillas, substituyendo otras/
/Unas para dormir/Otras para acallar/ Otras para babear/
Y entrar en el laberinto de Cíclope/en un túnel lleno de brea/
/Días de febrero dónde siempre hay ventisca y hace frío y llueve/
Fueron los instantes exactos /con el que nos jodieron por primera vez/

/La primavera vez/


El insomnio  me arroja a guardar el sueño mal dormido, en los
cajones de mi mesita de noche. Junto con las prescripciones de sedantes ineficaces,
tabaco de liar y un viejo mineral que me regalaste hace un año.
La calle resuena desierta. Las seis de la mañana. Un libro de Zoé Valdés, me hace pensar,
profundamente en la miseria que a veces hemos de transitar las personas, hasta alcanzar algo de luz.
Hasta alcanzar, solo un poquito de luz,un suspiro en el camino, y vuelta a empezar.
Este calorcito delirante de finales de octubre, justo antes de la fecha de mi cumpleaños me está
zarandeando las entrañas.
Quiero el gris plomo del cielo, el frío que entrecorta y paraliza durante unos meses, el devenir de las semanas y permite ralentizar un poquito las cosas.
De vez en cuando suena el sonido de un coche, que lame el asfalto de la calle. Pero el sonido de la
la casa a silencio, agolpa los pensamientos en mi cabeza. La conexión a internet es lenta.
La televisión aburre a las piedras. Y ya no sé si dar más vueltas en la cama, o darme una ducha caliente, o proseguir con la lectura de “la nada cotidiana”.
Me escuecen los ojos.Hay que dosificar las energías para un largo día en el que algarabías
irritantes de coches, motos, y demás animales urbanos que destruirán este amable silencio nocturno.
El insomnio es una mierda.
No sabes cuando va a venir. Cuándo se irá. Rezas al acabar el día, por dormir el máximo de horas
posibles y te preparas en un ritual de oraciones y pensamientos positivos.
Pero a las cuatro y media o las cinco, el reflejo de ése crujir de huesos por dentro, de ésa alma

que se parte por alguna razón concreta, hace que tu sueño también se parta.

Te podría explicar tantas cosas...
Podría ponerte al día mientras tomamos un té o un café. En uno de aquellos baretos del raval .
Pero me estoy encerrando, de golpe, como un tomo grueso de geografía, de esos,que mi nuestros padres guardaban,en las estanterías del comedor de casa, para que consultáramos cosas para los trabajos.
Te podría explicar cosas nuevas.
Cosas nuevas de mi nueva vida.
 Pero no me apetece.
 No creo que me apeteciera.
 Ni que a ti  te apeteciera.
Por eso, a veces, los jueves, o los viernes, me cojo el metro.Linea amarilla y me bajo a la Barceloneta. A ver el mar.el mar azul. El Mediterráneo. Porqué creo que el salitre, y la sal o el yodo
o la tristeza  debe venir de algún lejano transportado por el mar.
Me quito los zapatos.
Ando por la arena gris. Con los pies desnudos.Extraña sensación.
Veo la espuma.Siento disconformidad
y yo me tan tan pequeño.
tan pequeño
tan pequeño
 Cierro los ojos y veo el azul del mar juntarse con el horizonte en una línea que duele
como un puñal. Está lejos. Tu, estás lejos. El Raval queda lejos,la infancia queda lejos, y siento un impulso por llamarte y contarte un montón de cosas que no sabes.
Qué no forman parte de ningún libro. Ni de geografía, ni de álgebra, ni de poesía.

Y recapacito.Atardece. Me pongo los zapatos. Otro día.Otro día. Otro día.

Ólafur Arnalds ~ A Sudden Throw

destruirme para volver a ser

Dejar los ojos cerrados. No oír nada. Dejar inertes las falanges de los dedos
hasta que se enfríen. Si pudiese, dejar que latiera el corazón unas horas
y convertirme en en una piedra. En una piedra gris y pesada.
Ser cemento. Ser farola.
Convertirme en un semáforo en ámbar en una gran avenida. O acaso un poste de luz eléctrica.
Ni respirar, nada.
Convertirme en una playa devorada por un temporal. Convertirme en el viento que azota
las yucas del paseo. Todo por dejar de ser y no tener que desear abrir los ojos, desear
el corazón latir o los pulmones para respirar o los ojos para ver.

De nuevo.
No hay semántica para los locos. Hoy he abierto los ojos en mi cuartucho y he mirado mi
reloj de pulsera que me regaló mi padre. Las seis de la mañana. Los locos trazamos parábolas
distintas a los que intentan diseminar químicas estúpidas para dormir nuestras mentes,
engordar nuestras cinturas o borrar nuestros recuerdos.
No hay semántica concreta, ni léxico escrito, ni descrito, para los locos.
Hoy puse el canal de noticias de veinte cuatro horas, y lo estuve mirando, y solo atendía
cuando hablaban de los inmigrantes muertos, en las costas de Malta. Cumplidamente. Yo atendía casi sin pestañear y dejando de lado mi café que se enfríaba. Como un muñeco de esos japoneses que creo recordar son gatos, que mueven la mano arriba y abajo. Arriba España, no te jode!. Y miraba el médico ese italiano que decía “ no, el hombre está bien,mojado, con dolor en el pecho y con un buen susto, pero esta bien, esta bien, benne, benne benne”

y yo decía benne benne.benne.

No hay prescripción médica para soportar media hora de televisión.
Ni aturdido. Ni en un día semi soleado,ni medio dormido, ni medio loco.


Que tendrás tú, que esculpes vidrio, con las palabras?
Me transportas, a simas a las que no he cabalgado, me quedo absorto como un niño de cinco de años,que tendrás tú debajo de esa cerveza, o ese recuerdo a belladona o porro, o poema
de Rimbaud?
Mi ciudad y mi mundo
queda circunscrita a dos etuminas, prisas, una paja y un dormir nervioso escuchando
el camión de la basura.
Transmites vorágine de sensaciones, de imágenes, acaso de violencia en un verbo.
No lo sé. Sólo una llamada me permitió escrutar tu voz. No sé más de ti.
No quiero saber más por si nos separase una cicatriz, una sombra en pleno día, o simplemente
porque fue simple capricho que aquel día ahora hace un año oyera el timbre de tu voz,
y las olas de asturianas.
Tus palabras escupen veneno y sombra,
siembran desorden .
Pero te decía que mi ciudad era muy puta, mi realidad oscura como la ceniza y mis ganas de leerte

y seguir bajo el asombro infinitas.
Yo me he despertado temprano .Al amparo inquietante de unas pesadillas que huelen a
pastillas y a caos mal digerido. A estas horas tú duermes. Tú. Que, no tienes nombre, qué
acaso lo tuviste pero ya no lo tienes.Ni tienes forma. Ni tienes cara. En mi reproductor de música, suena apropiadamente algo de “portishead “antiguo de 1997del “Dummy”. Lo mamé tanto cuando yo era adolescente, que los días de lluvia como hoy, me encanta ponérmelo y recordar esa voz de Beth Gibbons rota con el cigarro en la mano, el tempo tan lento y esa tristeza que se instauró tan adentro dentro de mí,y dentro de ésta Barcelona tan puta.
Te hablaba a ti querida, mi niña, a tus pechos, a tu mirada de vidrio, a tu pelo largo, también perdida en alguna cinta de casete vetusta, en algún amor que guardabas en secreto para ti. En tu corazón enorme.
En tu escuchar que tanto te enaltece. Pero tu ahora también tu duermes aturdida bajo algún
fármaco, y te dejaste la radio encendida repitiendo cualquier melodía con interferencias.
Pero tu ya no eres tu. Querida. Tú, ya no eres tu.
Pero te escribo porque llueve y hace frío y debes estar enroscada bajo un edredón,
al otro lado, a ése otro lado extraño, en esos sueños, raros de los que siempre volvemos
con pereza o por la mañana o la tarde o la noche. Algunos nacieron para soñar.

Creo que tú, eras una de esas personas.

Dead Can Dance "Yulunga" 2005 HD

III

Venía expuesto en la perfección que descendía del rayo.
La tormenta 
arremolinaba la negrura del gaznate
 del diablo sobre la ciudad
un viernes de otoño que supuraba
 desde la montaña hasta la playa pájaros
que volaban enajenados.
Y de golpe el caballo blanco cabalgó y cabalgó
 desgajando y rompiendo
de lluvia y granizo desde el horizonte, relinchando,
la ciudad se iluminaba en un cúmulo de
 destellos azules sin sonido,
la tormenta azotaba la ciudad condenando
 la bajeza de los actos últimos
de los urbanitas que andaban riendo sin ver nada, mojándose,
y así fue como el caballo blanco se elevo por los cielos y por encima de la tormenta

Ni la ciudad, ni nadie que viviese en ella, era digno de su mirada.

ANASTASIS

Que quedaba tan distante en una misma ciudad.....
 Dos....

Solo dos paradas de metro.
 Dos mundos equidistantes y trémulos.

Porque la memoria muere
 o es el miedo el que hace temblar el pulso  y hace
inclinar la mirada al suelo, olvidar.
 Coger un lápiz y dibujar una línea que quiere ser algo que permanezca
imborrable como una un tatuaje escondido.
Dos paradas de metro nos separaban.
Eran dos.
 Pero creo que ahora nos separa la quietud de un vaso de vino
rojo como la sangre.
Nos separa el tiempo viciado que se deshojó y se perdió en espacio, orden y tiempo y quiere volver
pero se retuerce como un pez con un anzuelo en la boca agonizante.
Las calles son de cartón en una tormenta hambrienta de agua, granizo, viento y destrucción.
No nos quedan ni libros, ni películas, ni poemas que leer, no queda ni ceniza, ni colores.
Queda un exoesqueleto perdido.
Si la Muerte Puede Bailar, sonaría a “Anastasis”, a “Dead Can Dance”, y lo haría en un trance

que aún estaría por sonar

ella

/Clavaré punzones sobre mi pecho/
/Esperando que el delirio rompa el génesis/ 
del grito ahogado de una 2 de la noches/
insomnes del semen/ 
/en el pijama seco/
/cabalgando libros en vela /
 y tus fotos en la repisa de la ventana con el ladrido seco/
/del perro negro/
/qué más te da que un día te amase
/ sin mesura/
/que quisiera tus pechos y
/tu pubis/
/para mí en un sueño perverso/
/Clavaré punzones en mi pecho/
/Me comeré las uñas hasta que duela/
/ Y comeré las semanas pasadas y los días/
/y los días que borraron mi risa/
/a las 4/ o las 5/
o ya de día/

/me dormiré en la cuna de nuestros días/

Viento de Invierno

Me soltaste de tus manos,
me susurraste al oído, 
con tu voz cálida,
 pausada y reconfortante:
Anda, camina.
Anda, camina.
No temas. 
Mi niño, ni porque en esta noche de invierno, no haya luna, ni por nada, en la vida.
Hace un frío de esos que te corta la respiración.
No temas lo que esconden, cipreses y cedros, ni lo que te ulula el viento
del norte.
Anda, camina.
Anda, camina. Y fíjate allá al sur mi niño pequeño.
 en el resplandor que emanan las
luces de la ciudad.
Ve, que yo no puedo acompañarte.
Ve hijo mío por el camino que tantos días hemos andado juntos.
Y no temas.
Y ella, me soltó la mano.
 Y a pesar de la oscuridad pude ver sus blancos dientes
y bufanda roja raída por el tiempo.
Creo que luego enfermé.
 Y temblé.
Y temblé.
Temblé de miedo.
Por qué me pareció que ella se hizo polvo.

Se hizo polvo.
Se convirtió en polvo y se fue
se fue
volando con el viento.  

"Dance Me To The End of Love" Leonard Cohen


Volvió a hacerse de día.
Un fogonazo.
Dos.
Un sonido atronador.
Otra vez, amaneció en un corto fragmento de una de esas
fotografías nuestras, de esas, que colgamos en la cutre pared.
Y tus pupilas brillaron otra vez.Con intensidad frecuente.
Tus Iris.Normales. Tus ojos.Marrones.
Llenos de pena. Creo, que, perdidos, me miraban llenos de pena
porque comprendían, entendían, demasiado
y al mismo tiempo, no comprendían.

Little Girl Blue (subtitulada)

Me divertía profundamente cuando el psicólogo ponía cara de entredicho, dudaba poniendo cara de gilipollas
profundo, y acabábamos hablando de "Beatriz Preciado"," los talleres post-porno" y algo de teoría
"Queer" y para el colmo me enseñaba en su ordenador churretoso los cuatro garabatos que había
apuntado de mi historia.
Lo he dicho cienes y cienes de veces.
Soy raro de cojones.
 Me aburre el Barça.
 Me la suda Neymar sus millones y su cara idiota
No quiero trabajar.
 Quiero dormir todo el puto día,
y encuentro detestable el sol,
 la luz solar y el agua mineral.
Por el contrario encuentro que las drogas
son demasiado golosas y están demasiado ricas.
Janis Joplin debería estar viva y joder
podría cantarle esta canción a mi hermana, que ostia puta
en estos momentos no me oye,y me desmoronando lo poco
que creía estable, en mi vida....
Siempre he sabido que lo que uno tenía, lo retenía.sabía que volvería a escribir.Es placentero,se haga mejor o peor.la cuestión es vomitar lo mal digerido,
Sabía que volvería a caminar solo las calles, mirando los chicles pegados en el suelo,
mirando de reojo a una yonqui en mi barrio de sant Andreu, tratando de dilucidar que le había pasado a ésta...mirando las calles vacías,de día o de noche.Este barrio que me ha recibido extrañado y me hace sentir un extraño.
Sin poder dormir las noches insomnes en la que mi cabeza arde en preguntas.
por que yo  ando errante,sin rumbo fijo,me vuelvo  a fijar en las decenas de locales que están ahora en traspaso con un teléfono  colgado, rotulado, creando así, edificios zombies...creando así in-certezas de mundos injustos...
pensando que cada vez siento menos la sangre como galopa por mis venas,
que cada vez estoy menos vivo y cada vez más soy también un zombie a mecenas de los que dicen
ser cuerdos y mandan callar a los que dicen estar locos,

Por qué te sigo echando de menos, en estos días de junio pesados, pesados, realmente
días que pasan jodidos.
Y deambulo las estaciones de tren intentando saber quién fui yo, si es que algún día, fui alguien,
Y no sé que quiero, ni sé adonde voy, y mi vida pasa como un rutilante jugador de pasalabra,
sin pena, sin gloria.


Se escribe en las paredes,
se escribe por desidia,
en las noches insomnes,
se escribe aunque no se obtenga respuesta,
se escribe en libretas usadas,
se escribe en blogs,
para comunicar,
 para soñar,
se escribe aunque no me leas,
se escribe arañando el vacío de las calles
y transformándolo en versos,
se escribe desde el dolor,
el desamor
o lo que sea,
yo vuelvo a escribir,
en esta anafora absurda,
para volver,
simplemente,
volver...
no llorar,
ni lamer las paredes de esta habitación raída y perdida en el extra radio de la gran ciudad,
cada minuto se expande, abre vórtices del tiempo y anula la negrura,
que arrasa mi corazón,
y me nubla la vista....
soy más fuerte que el metra quilato,

hoy, sí es hoy,
cuando vengo más puro que el agua mineral,
decidido a cuestionar este mundo absurdo
que se apoya en un bastón de madera
por inútil, por caótico
derruido y decidido al cambio.
la espesura de la luna,
 se dibuja,
en navajas, cuchillas listas para ser usadas,
el usurero baila silente,
 debajo del portal inaudita mente falto de calor alguno,
hoy ya no escribo, por placer y dulzura,

me habéis lobotomizado las ideas y el curso de la vida
que discurre intranquilo como un chiquillo, que ha perdido a su madre,
y llora entre andenes, vías y calles sangrantes

hoy ya no me oigo ni el corazón, ni siento pena,
ni te espero,
porque,ahora sé,que jamás te conocí.
y me arrojé a mirar la lluvia..
la caricia, del frío, lamiendo nubes en un cielo apocalíptico..
y caminé grandes zancadas, hundiendo mis botas en el barro,
y dudé al volver la mirada, a la parada del tren...
no había nadie,
y entonces, me dije:
la soledad, no es un estado del alma que puedas sentir,
es un grito asomando a la garganta,
de auxilio, de pena, de besos..o más que todo eso, tal vez,
es no sentir, es borrarse de tu imagen, y sentirse, sobretodo,
pequeño...
pequeño...

sólo eso.

por eso me enfundé bien el gorro,
y emprendí el paso otra vez,
aún quedan días.

primera de Enero

Cuanta razón tenías de lo interesante que resulta escribir desde locutorios
no desde el olimpo o el campo de los dioses
que enciende un cigarrillo en mi pecho
y lo apaga en mis manos magulladas y uñas comidas,
Enero entiende de sol y temperaturas anómalmente altas,
de perros y gatos y caricias,
en el locutorio, no se ve ni soles, ni horizontes proclives al fracaso,
pero el silencio, me aturde,
cómo me aturdió desmorderte el alma,
o tus secretos engendrados
en el miedo o acaso,
el pecado.