No hay semántica para los locos. Hoy he abierto los ojos en mi cuartucho y he mirado mi
reloj de pulsera que me regaló mi padre. Las seis de la mañana. Los locos trazamos parábolas
distintas a los que intentan diseminar químicas estúpidas para dormir nuestras mentes,
engordar nuestras cinturas o borrar nuestros recuerdos.
No hay semántica concreta, ni léxico escrito, ni descrito, para los locos.
Hoy puse el canal de noticias de veinte cuatro horas, y lo estuve mirando, y solo atendía
cuando hablaban de los inmigrantes muertos, en las costas de Malta. Cumplidamente. Yo atendía casi sin pestañear y dejando de lado mi café que se enfríaba. Como un muñeco de esos japoneses que creo recordar son gatos, que mueven la mano arriba y abajo. Arriba España, no te jode!. Y miraba el médico ese italiano que decía “ no, el hombre está bien,mojado, con dolor en el pecho y con un buen susto, pero esta bien, esta bien, benne, benne benne”

y yo decía benne benne.benne.

No hay prescripción médica para soportar media hora de televisión.
Ni aturdido. Ni en un día semi soleado,ni medio dormido, ni medio loco.


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