La datura de extramonio estaba...
escrita, en sánscrito...
encima de la mesilla...
busqué, usuré..y sólo...
volví a la lampara de bombilla
que embobaba mis sueños, precarios de semioticos clavarjeleando
por mis rendijas...
..me venció el sueño pronto...
y me atrapó en dos teclas blancas...
pero eso, tampoco sirvió.
Facebook no respondió...
callé..
y volví a beber leche incierta, plagada de mercadona..
y así se vuelven los partidos en casa...
Barcelona y Madrid enfrentados...
..y el pueblo intoxicado.








1 comentario:

mareva mayo dijo...

Fascinante Jordi. Tu poesía cada vez toma más fuerza.
Aunque éste 9 no nos veamos, un día iré a conoceros a Barcelona.
Ver en qué calles nacen éstas daturas.
Un abrazo.