Hoy no es Mañana





La luna rallaba el cielo,
arañando en una opereta sinfónica,
casi sin precedentes,
El,
de cuerpo de ballena,
ojos de miel,
alimentado del pro-polis más puro..
que hasta ahora no había probado,
se maldecía ..
una
dos
tres
veces!
Cien!
e injuriaba a todos o cantaba armónicos por la calles desiertas
o las que eran transitadas por metro y autobús.


ésa noche de espanto,
el otoño dejó paso al invierno con un portazo,
y las bufandas
regodeándose del fallo humano se reían de los abuelos,
Ya no le importaba la carcasa humana,
ni los huesos,
ni el alma,
probablemente él;
se había unido ya al unicornio,
que transita los parques,
que crepita en las lámparas de iglesias antiguas dónde queman incienso.
Y qué, él había visto entre zarzales.

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