llora, Imbécil


Se mecían las hojas de castaño,
al son de una nana desmembrada
Se rompían los sueños,
la cicuta envenena libros,
mesas,
ordenadores,
ceniceros llenos de cenizas,
y el sexo,
mas dormido que nunca,
deliberaba entre cubos de basura un esperma enfermo.

/La gente ya no llora/
/La gente cuenta sus horas y sus días y sus fechas/
/La ciudad está gris y desencantada como una balada de Bisbal/

Llora Imbécil/
Grita/
Imbécil/
Sonríe/
Imbécil/

que ya está aquí el día que te ve,
nacer.

1 comentario:

Manuel Marcos dijo...

Muy bien, me gustó este poema.
salud