la hora que marco Angel


El reloj de mesa se detuvo a las cinco.
Hora incierta.
Madrugada remota anclada en alguna estaca en el corazón...
...pero el corazón, no sentía.
Creo, incluso, que dejó de latir..
Vino Ángel y lo puso en marcha con las caricias y mimos que huelen a limón,
o a canela.
Precisó dos cosas, me refiero a Ángel;
llorarás más,
sufrirás más,
sentirás arder el cuerpo y el alma en preguntas y desdichas,
porque no tienes gracia.
Te falta la gracia natural, preciso Ángel.
-Y como la recupero?
-Sigue respirando,sobretodo cada vez que el reloj marque las cinco.
Es lo único que te queda...

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