Y qué sabes tu cómo duele una noche insomne de espanto.
Si es soportable  o no el fuego de un cigarrillo hundirse en tu piel.
Ya rebaso el límite del retorno del abismo,
de lo qué se le puede poner palabras o música,
o dibujos,
y sólo queda revolverse hacia un lado,
hacia al otro,
en la cama,
quedarse indiferente al Sol,
a la lluvia,
a tu cara blanca y sonriente,
porqué haber rebasado el límite es un no retorno,
es dejar tu esqueleto,
tu piel y tus vísceras,
tu alma al otro lado,
y ya no volver,
ya no volver
por qué el camino
se ha borrado
  y se ha destruido.
Y puedes llorar sin lágrimas
o gritar 
qué más da?
a quién le importas?
eres hojarasca en una vorágine de otoño.


1 comentario:

mareva mayo dijo...

J. tu canto vale la lengua del abismo, aunque ese agujero se hunda en el vientre con la fuerza de los tsunamís, cada palabra sacada de aquel lado en las manos temblorosas de la evanescencia, vale la música y el viento, al leerte siempre vibra entre tus letras esa poderosa lucha contra la muerte y su blues de bailarinas en llamas y calles vacías con el sudor de la noche, tu tristeza es un fusil, tú has estado allí.

besos de marzos.