Cerramos la puerta de nuestra habitación de un portazo.
Dentro quedaron nuestros libros, nuestros poemas y un jarrón con lirios blancos,
Permitimos que la química y el oscuro poder los años y su paso,
no trajera primaveras con lluvia durante las madrugadas,
ni golondrinas que volaban al amanecer y al ocaso,
olvidamos demasiado,
por qué el miedo era demasiado fuerte,
y ahora somo dos cuerpos celestes erráticos, perdiéndose en la inmensidad,
de negro y algún punto.

Negro y algún punto titilar.

No hay comentarios: