Dejo mi cuerpo para los cuervos.
Mi carne.
Dejo mis entrañas y mis vísceras para vosotros, gusanos y lombrices.
Yo soy piedra.
Yo soy agua que cae de la nube.
Soy nieve que viste la montaña.
Yo soy ruido en medio del atasco de un viernes tarde en la ciudad.
Dejo mis uñas para la ansiedad.
Dejo mi sexo para trece segundos de electricidad,
mis ojos para desvestirte mientras te miro de soslayo, en el metro.

No me das miedo.
Puedo predecir tus pasos siniestros,
Aparco el terror para dárselos,
a los adolescentes pasados de rosca,colocados, todo ciegos, de MDMA o ácido.
Ríen y ríen...
Ellos serán prodigio y estética, esquizo,
ellos serán dentro de no muchos años...serán nuestros cuerpos. Serán nosotros, habitados
otra vez.
ellos cogerán el relevo, de los que abandonamos el cuerpo,
y nos convertimos en paloma para volar,
en lluvia, para limpiar cristales,

o en el silencio que no te abandona, hasta que te duermes, profundamente.

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