y pasaron los días con tintes de eternidad detenida
los sueños incrustados en mi pecho
los días eran momentos raros y de cáliz incierto
caminé trenes, y andenes,
mientras la gente dormía entre blackberries absurdas y aíslandolos,
creando de a partir de ellos, cajetillas vacías, de tabaco.
y a tabaco olían los dedos de mis manos,
de llorar y hiper pensar,
los días opacos y muertos de miedo,

yo ése día, no recordé lo que había soñado....