Las palabras salen alborotadas, sin peinar,
salen cómo salen
eso sí,
pidiendo limosna de equilibrio,
de sensatez.
El equilibrio y la paz que cómo una nevada copiosa
parece querer quedarse,
posarse en el los tejados, en los huertos,
pero se va,se va...
con la rapidez de un rayo.
Nada pertenece a nada,
nada le pide cuentas a nadie
a la nada que se va comiendo con gula
esta alambrada de espino
mis pupilas dilatadas, casadas de tanta luz..
Las palabras salen alborotadas, sin peinar,
vestidas de día festivo.

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