Hoy llueve. El cielo azul se ha borrado y ha sido substituido por un cielo color cobre.
Dime que recuerdas, que te quedó de esos días velados.
Somos ceniza de un tabaco que nunca dejamos de fumar.
De nosotros queda el esqueleto y lo que nunca fuimos.
Carne. O blanca, blanquísima o cetrina.
Ojos que dicen más y hablan más,
dientes blancos con los que morder estos días extraños.
Hoy llueve. Como lo hacía hace años,

con una furia desolada.

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