Te desvestí una noche que soñé que eras un ángel para mi.
Unos días de agosto en los que habité el delirio, hasta las entrañas.
Te perdí cómo se pierden las conversaciones, en el aire.
Volaste cómo un pájaro que sabe lo que es la libertad.
Dejando los cines huérfanos,
los taxis, sin usuarios, por qué ahora éstos vuelan con el viento del cierzo,

que anuncian, cambio de tiempo.




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