Ahora ves lo que vi.
El horror narrado en primera persona,
las cuerdas de piano que cerraron
nuestras bocas para siempre...
Eso es ya irrevocable.
Yo soy.
Yo no estoy...
No siquiera los sueños me pertenecen …
..por que hay trepanadores de
cráneos,
obesos del cybersexo,
malditos encunados y lluvia dorada que
derraman aquellos que la Iglesia
llamó discípulos pero no comieron
cordero..
Y tal vez me encuentren para sellar
aquello que, jamás tuvo que ser
desterrado,
los proscritos, las putas y los
servicios,
los graffittis o simplemente
estos ojos de miel, surcando el
firmamento.
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