Nos hace falta llorar para entender
la dimensión que es, a veces, el dolor.
La estructura compleja de una gota de
lágrima.
Hace falta distancia para romper
la ausencia de las personas.
Aquí.
Acà.
Lo puedes observar en el yonqui que
quema sus venas,
lo veras, supongo, en este post...
Dibujarás una mueca molesta en ese
niño
que todos llevamos enquistados,
La Muerte no adquiere connotaciones
dramáticas,
si le das la mano.
La Muerte es arder en preguntas, sí.
Son tuétano de hueso.
Es tanto más...verdad?
Te digo que este silencio átono, huele
a moscas.
No llores.
Está.
Y que pases la esquina de mi barrio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario