Todos somos terrones de azúcar
disueltos en tacitas de petróleo,
nos llega la luz de un Sol
esquizofrénico, el cuál, nos llaga la piel,
nos movemos en bus, o en metro o en
coche,total,
para encontrarnos cada noche en nuestro
abrazo mortal con la química
que nos castra, que nos mata, y nos
engorda.
Somos lobos huyendo de la montaña,
despavoridos por las atalayas de metal,
somos mariposas revoloteando flores de
caramelo,
Somos lo que nunca existió,
más que en los sueños,
y en lo que no vivimos,
Somos escarcha de un mes gélido de
enero
o una teja ardiendo en un mes de agosto
en Barcelona,
No somos nada,
Nada.
Acaso fuimos,
pero ya somos polvo
y viento,
somos polvo y viento
arrastrado por la nada.
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