Noches de herrumbre, mimetiza con los
lobos que aúllan cuando anochece.
La casa huele a tabaco y suena una voz
de Panero,
ha vuelto del infierno.
Y los árboles son garras en el
crepúsculo.
Te han impedido soñar con la química
que adormece la consciencia,
borra mi sonrisa y sólo ve blanco y
negro, si acaso invierno,
el cual, no se puede atravesar.
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