El Mite de Cassandra
Y el silencio aupó encima de la mesa de la cocina la próxima noche insomne/
/en este insomnio que deja mi cabeza y al filo de la simiente/
/te busco en los metros atestados de niños canis hiperactivos/
/y sólo recibo el aire caliente en la nuca/
/descomponiendo mi sangre ocre en ceniza/
/Sin memoria/....
/la que lleva ese largo puente de raro nombre, mar adentro/
/quiero dormir viviendo/
/y estar en el letargo de esta flor preciosa de opio/
/cada doce horas/
/en este insomnio que deja mi cabeza y al filo de la simiente/
/te busco en los metros atestados de niños canis hiperactivos/
/y sólo recibo el aire caliente en la nuca/
/descomponiendo mi sangre ocre en ceniza/
/Sin memoria/....
/la que lleva ese largo puente de raro nombre, mar adentro/
/quiero dormir viviendo/
/y estar en el letargo de esta flor preciosa de opio/
/cada doce horas/
Hoy he rozado el limbo con una nimiedad, una cosa pequeñita.
Un instante, un atardecer.
Lo que pasó y no volverá.
El mar debajo de nuestros pies, el viento soplando con la
suavidad de la gaviota que azotaba un cielo encendido.
Un día oliendo tu pelo a salitre, bromeando y haciendo de adultos,
aunque seamos adolescentes encerrados en cuerpos adultos.
Yo también tengo miedo.
Tengo mucho miedo y recuerdo las noches llorando sólo en la
cama del psiquiátrico.
Tu teléfono desconectado y mis llamadas tiradas a la basura.
Por la noche toco tus pechos soñando, y te beso aquí y allá,
en mitad de la noche despierto y quiero volver a ese no lugar.
Pero tu ya has partido...
y te has marchado y has rehecho tu vida,
y no me atrevo a volver a soñarte
ni amarte
ni a hacer real, lo que no recuerdas,
yo hoy simplemente yo ya he rozado el limbo.
Un instante, un atardecer.
Lo que pasó y no volverá.
El mar debajo de nuestros pies, el viento soplando con la
suavidad de la gaviota que azotaba un cielo encendido.
Un día oliendo tu pelo a salitre, bromeando y haciendo de adultos,
aunque seamos adolescentes encerrados en cuerpos adultos.
Yo también tengo miedo.
Tengo mucho miedo y recuerdo las noches llorando sólo en la
cama del psiquiátrico.
Tu teléfono desconectado y mis llamadas tiradas a la basura.
Por la noche toco tus pechos soñando, y te beso aquí y allá,
en mitad de la noche despierto y quiero volver a ese no lugar.
Pero tu ya has partido...
y te has marchado y has rehecho tu vida,
y no me atrevo a volver a soñarte
ni amarte
ni a hacer real, lo que no recuerdas,
yo hoy simplemente yo ya he rozado el limbo.
Hoy he vuelto a desperezar los dedos
esta mañana somnolienta de invierno adelantado,
de árboles que se desnudan al ocaso de
hojarasca
y sugieren dedos extendidos al cielo
azulado.
No puedo dormir.
No puedo dormir.
No puedo
NO....no.
El remolino en que me veo inmerso me
arrastra en mis sueños y me hace
enmarañar ésto que dicen que es real
y para mí pasa como un coche zumbando vestido de
irrealidad.
Y avanzamos hacía el invierno decía,
con días ínfimos y noches enormes.
Una locura colmena de
abejitas;Barcelona.
Con sus calles colapsadas y sus obras
interminables.
Te sueño en cada pedazo de tu nombre,
te presiento en cada gota de tu
perfume,
y veo el color puro y verdadero de tu
pelo.
Ya no fumo.
Des de que tuve ese susto con la salud
hace dos meses, ya no lleno ceniceros,
ya no consumo ese cigarro interminable.
Y te presiento en tus hojas llenas de
música, te espero, pero niña:
estoy tremenda-mente agotado...
...dame noche,
...dame sueño....
..dame reparo...
...dame descanso.
imágenes cosidas a retazos.
Podrían ser fotografías...
Un perfume.
El pelo.Tu pelo que tanto escondes.
Un restaurante decadente del barrio del Raval.
Y ahora nos han recompuesto.
Con pedazos.
Con pupilas de plástico negro.
Decía, podría ser fotografías...
Pero ni eso,
Solo invierno, lluvia y
olas de silencio contenido.
Podrían ser fotografías...
Un perfume.
El pelo.Tu pelo que tanto escondes.
Un restaurante decadente del barrio del Raval.
Y ahora nos han recompuesto.
Con pedazos.
Con pupilas de plástico negro.
Decía, podría ser fotografías...
Pero ni eso,
Solo invierno, lluvia y
olas de silencio contenido.
Y se va la viuda con sus flores marchitas,se van sus colores desencantados
y negros.
Se va este frío que nos cuartean los labios y llena la ciudad de hombres zombies
conectados a sus fríos mobiles y sale el sol, y parece
que una tímida planta se esfuerza en florecer una flor
fría también.
Me persigue, dándome su sombra,la bestia
el lobo y su parte menos humana,
quedan los recuerdos,
queda el olor de tu pelo al desenredarse,
queda la cama a la que estuve atado,
queda el logotipo de Haloperidol,
nuestro barrio de Gracia,
tan lleno de vida,
y cuando menos lo esperas,se gira viento del norte,
y joder,
vuelve a llover
La próxima estación:
Primavera
y negros.
Se va este frío que nos cuartean los labios y llena la ciudad de hombres zombies
conectados a sus fríos mobiles y sale el sol, y parece
que una tímida planta se esfuerza en florecer una flor
fría también.
Me persigue, dándome su sombra,la bestia
el lobo y su parte menos humana,
quedan los recuerdos,
queda el olor de tu pelo al desenredarse,
queda la cama a la que estuve atado,
queda el logotipo de Haloperidol,
nuestro barrio de Gracia,
tan lleno de vida,
y cuando menos lo esperas,se gira viento del norte,
y joder,
vuelve a llover
La próxima estación:
Primavera
/Tú desvestías la noche/
/ enajenada de llanto en la noche insomne,/
/visitabas la simiente/
/y andabas cerca del filo de la navaja que unos crearon/
/para nosotros, locos y alucinados./
/Tu así lo dijiste./
/Por qué eres poeta y diosa, /
/mujer y terror/
/Y la ciudad reconoce su desorden/
/Anda lejos de los hombres de gris/
/Huye de los metros/
/Yo vendré una noche de frío y nieve/
/te tenderé la mano/
/y tu entenderás/
/el terror de una noche sin luz alguna/
/ enajenada de llanto en la noche insomne,/
/visitabas la simiente/
/y andabas cerca del filo de la navaja que unos crearon/
/para nosotros, locos y alucinados./
/Tu así lo dijiste./
/Por qué eres poeta y diosa, /
/mujer y terror/
/Y la ciudad reconoce su desorden/
/Anda lejos de los hombres de gris/
/Huye de los metros/
/Yo vendré una noche de frío y nieve/
/te tenderé la mano/
/y tu entenderás/
/el terror de una noche sin luz alguna/
Los caminos que parecían caminar juntos se bifurcan irremediablemente,
el pasado y el presente se conjugan de una manera letal.
Las casas de mi barrio, ya no son, y mientras camino por las calles de la que fue mi hogar,
me doy cuenta que las que ahora son mis nuevas avenidas y rotondas, hacen romper
en mil añicos, un espejo que nunca tuve que poner de pié.
Bari me responde con lametones y con una cara que irradia felicidad al verme.
Pero nunca la acabo de llevar a la calle Setantí, nunca la acabo de de volver a llevar a casa,
y por eso, me voy de la casa de sus nuevos dueños, con un nudo en el estómago.
Las noches se vuelcan en un insomnio de plástico,
un insomnio que hacen volver a Portishead.
A los 90 y al tiempo derramado por el que hoy, me moriría por cambiar.
Pero no puedo, no se trata de tener en este juego, las mejores cartas...
Si no de jugar bien, las qué tienes.
Yo parezco haber destruido miles de senderos que hoy cambiaran
esta ciénaga de sol disimulado tras las cortinas,
Capaz de cambiar esta soledad que me come los huesos,
y esta sonrisa, a medias,
a medias con la vida,
y con la conciencia.
el pasado y el presente se conjugan de una manera letal.
Las casas de mi barrio, ya no son, y mientras camino por las calles de la que fue mi hogar,
me doy cuenta que las que ahora son mis nuevas avenidas y rotondas, hacen romper
en mil añicos, un espejo que nunca tuve que poner de pié.
Bari me responde con lametones y con una cara que irradia felicidad al verme.
Pero nunca la acabo de llevar a la calle Setantí, nunca la acabo de de volver a llevar a casa,
y por eso, me voy de la casa de sus nuevos dueños, con un nudo en el estómago.
Las noches se vuelcan en un insomnio de plástico,
un insomnio que hacen volver a Portishead.
A los 90 y al tiempo derramado por el que hoy, me moriría por cambiar.
Pero no puedo, no se trata de tener en este juego, las mejores cartas...
Si no de jugar bien, las qué tienes.
Yo parezco haber destruido miles de senderos que hoy cambiaran
esta ciénaga de sol disimulado tras las cortinas,
Capaz de cambiar esta soledad que me come los huesos,
y esta sonrisa, a medias,
a medias con la vida,
y con la conciencia.
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